LOS CAPRICHOS DE NUESTRO DESEO
Besos, Caricias y mucho humor:
Un roce sutil, un acercamiento de labios o una sonrisa dulce nos siempre son preámbulos de relación sexual,
pero si de bienestar físico y emocional, de sensaciones placenteras y de complicidad con la pareja.BESOS
Con los labios comemos, hablamos, reímos. Apenas unos centímetros cúbicos de nuestra piel acoge una de nuestras principales fuentes de relación con los demás: gracias a ellos nos comunicamos, con o sin palabras; son una de las zonas mas sensibles y sensuales del cuerpo y realizamos también uno de los actos mas bellos que podemos ofrecer: los besos.
“El primer beso documentado se remonta a 1500 a.c., en la India”, recuerda la psicóloga y sexóloga Miren Larrazàbal, pero no es hasta s. VI cuando datan los besos que van mas allá de la relación de madre e hijo –el origen del beso se remonta a cuando los primitivos trituraban la comida para dársela a los bebes juntando sus labios- . Desde entonces, su significado se ha ampliado mucho. Los hay que significan fidelidad, ternura o respeto, como el que se da en la mano al saludar a una persona relevante; o traición, como el de Judas. Los hay sociales también, afectivos o sexuales. En el Kamasutra se hace referencia hasta 30 tipos distintos. En su poema Besos, Gabriela Mistral los enumera poéticamente:
“Hay besos silenciosos, besos nobles, hay besos enigmáticos, sinceros, hay besosque se dan solo las almas, hay besos que por prohibidos, verdaderos…” (
http://www.psychologiesrevista.com/).
Sin embargo, a pesar de su antigüedad y su función vital, su estudio no es tan antiguo. Términos como la filemamamia –el deseo de besar- o la besoterapia empiezan a escucharse ahora. El pasado 10 de mayo se celebro en la ciudad de Granada la “besada colectiva”, una oportunidad para refrendar sus beneficios, que son muchos.
Miren Larrazabal los señala: cuando damos un beso, se queman hasta 15 calorías, se mueven 30 músculos faciales, las pulsiones aumentan hasta 130, el cerebro libera endorfinas –la hormona de la felicidad, que produce una sensación placentera y adictiva- y oxitocina- asociada a la afectividad, la ternura y la creación de vínculos-. También sube la adrenalina, se produce mas saliva y el intercambio de fluidos refuerza el sistema inmunitario. Mejoran, en definitiva, la salud y levantan el ánimo.
Pero el beso, ese acto sublime de tocar algo con los labios, va mucho más allá. Como dice José Luís Arrondo en Historia intima del pene, “se pueden unir dos almas por dos bocas”. El beso es comunicación, unión, contacto. Y tiene una ventaja, en pareja cualquier momento puede ser bueno para darlo: por la mañana, al levantarse, antes de salir a la jornada laboral, a la vuelta, antes de acostarse, en la cama, en la cocina….Espontáneos, auténticos, naturales, eróticos o tiernos, todos y cada uno de ellos fortalece el lazo de unión de la pareja, el de amistad y el sexual también porque la boca es uno de los mayores símbolos sexuales: los labios son una de las zonas mas erógenas del cuerpo de la mujer y, junto con la juguetona lengua, tienen tantas terminaciones nerviosas que un beso con una gran carga sexual puede llegar a conducir a una mujer a alcanzar el orgasmo y a un hombre tener una erección.
SABOREAR SU SIGNIFICADO
Todos parecen beneficios; sin embargo besamos poco, muy poco. Como señala Larrazabal, si juntásemos todos los besos que damos en la vida, pasaríamos dos semanas seguidas besándonos, no mucho. Economizamos en este bello y significativo acto. O cuando los damos, los convertimos en algo rutinario, olvidando el fuerte vinculo emocional y no solo sexual que conllevan.
Sentirlos desde dentro, lo que transmitimos y nos quieren transmitir con ellos y ofrecer lo mejor de nosotros y de nuestros besos es posible y recomendable. Saborear su significado, rememorar los primeros besos de adolescencia, nos permitirá reencontrarnos con el placer de darlos y recibirlos, dejarnos llevar y redescubrir que la comunicación sexual afectiva en pareja puede ir mucho mas allá, puede engrandecerse tanto como nosotros queramos. Nuestro cuerpo esta lleno de poderosas herramientas. Como si de un guiso a fuego lento se tratara podemos ir añadiendo tantos ingredientes como consideremos.
CARICIAS
Una caricia es cualquier cosa que nos hace sentir bien: una mirada, un contacto, una palabra que nos dicen o decimos…..
Junto con los besos, uno de los lenguajes mas poderosos es el de las caricias. José Luis Arrondo recuerda que la zona erógena mas extensa es la piel: “Toda la piel del cuerpo se puede estimular, es como un gigantesco mapa de comunicación con los sentidos. Este órgano sexual cubre un total de 1.9 metros cuadrados en el hombre y 1.6 en la mujer. (…). Somos capaces, mediante las caricias, de despertar sensaciones, estremecimientos e inenarrables gozos”.
Como con los besos, las caricias no tienen porque implicar un fin sexual. Como define Ceistina Corbella “la caricia puede ser cualquier cosa que nos hace sentir bien: una mirada, una palabra, el contacto físico, algo que decimos a otro o que nos dicen o que nos decimos a nosotros mismos”.
Las caricias son vitales, Eric Berne decía que son necesarias para la supervivencia, de bebes primero pero de adultos también: son una forma de comunicación, de expresarnos, de recibir los mensajes del otro y de las pocas maneras que tenemos de romper la sensación de soledad que podemos tener en determinados momentos. “El contacto físico es un lenguaje directo, honesto, sin ambigüedades”, explica Corbella, en el que se expresa y recibe lo que se esta sintiendo siempre que no haya prejuicios. Sin embargo, también somos escasos en caricia por diversas razones: nos sentimos más vulnerables, invadidos o las vemos innecesarias. La educación también nos influye. De bebes, las caricias son mucho mas continuadas para a partir de una corta edad empiezan a reducirse hasta que se redescubren en la adolescencia. Entonces, comenta Corbella, “se recuperan pero ya por el interés por el sexo. Entonces, cobran un sentido diferente, no son gratuitas y espontáneas”.
Recuperar el lenguaje de las caricias es posible, siempre que estemos dispuestos a hacerlo. Un contacto espontáneo, un tacto, un simple acercar la mano, un rose sutil y sin prisas abre un mundo de posibilidades. Con las caricias sentimos el cuerpo de quien nos acompaña y el propio nuestro, con ella nos comunicamos, nos expresamos y sentimos a la otra persona.
HUMOR:
Nuestro día a día es más gratificante si se le acompañan los besos, las caricias y el buen humor, importante en nuestras vidas y en la sexualidad. Como apunta Ana Sierra “tenemos que cuidar nuestra sexualidad con sentido del humor, para desdramatizar los percances que puedan aparecer y para disfrutar el máximo con una sonrisa en el corazón. El sentido de humor no solo trabaja como herramienta de emergencia en los malos momentos, sino para prevenir que no aparezcan”. Cuando se practica el buen humor en la pareja, “se afrontan mejor las dificultades, con mayor unión y comprensión. Esto se refleja en la cama y fuera de ella. Igualmente la capacidad de juego y la creatividad se ven favorecidas”.
El humor es, en definitiva, algo serio. “La idea no es que sonriamos a todas horas, seria agotador y pareceríamos poco serios en determinadas situaciones. Lo que funciona es sentirse alegre por dentro, que sonría nuestro corazón, y se consigue trabajando la sonrisa y la risa. Podemos ser divertidos y serios sin ser aburridos. La vida esta para disfrutarla y cuando mas divertida nos parezca mejor, mas desearemos seguir con ella”. Ana Sierra lo tiene claro: “Hagamos el humor”.